Cuando una persona intenta
desarrollar su capacidad para identificar los sonidos a su alrededor,
se enfrenta con otras dificultades no siempre relacionadas con la
lectura de la música o los símbolos de los acordes.
Se entiende por “buen oído”
la habilidad de oír y distinguir la tónica de los diferentes
acordes o escalas que se están interpretando, la habilidad para
distinguir la cualidad del acorde, si es mayor o menor (¿que tipo de
acorde menor?), pentatónico, disminuido, etc. También es la
habilidad de reconocer el tono que suena en un punto dado en el
solo.. “¡ah, ese es el 4o tono, resuelve a la 6a
y resuelve a la 5a!”. Y quiere decir que puedes oír el
piano, el bajo, el solista, la batería, etc. individual o
colectivamente.
He notado que hay diferentes
niveles de escucha. Algunas personas oyen y otras ¡oyen de verdad! Y
otras personas parecen poder oír y distinguir casi todo lo que se
está interpretando, pueden cantar o interpretar, partes de solos que
acaban de escuchar. ¿Cómo OYEN, y por qué nosotros no logramos
identificar la tónica, la escala, su cualidad, o en cual es la marca
del compás?
Estoy firmemente convencido de
que si todos los estudiantes, desde pre-escolar hasta el último año de
colegio, fueran expuestos a ejercicios simples de entrenamiento
auditivo donde tuvieran la oportunidad de identificar lo que ellos
oyen en radio, televisión, discos, jazz, opera, orquesta, coros,
bandas, etc., ¡nuestra escena musical en general sería muy
diferente! En mi opinión, si en la escuela se hicieran ejercicios de
entrenamiento auditivo, combinado con algo de teoría musical, el
público demandaría música de mayor calibre que la que se consume
en la actualidad. ¿Por qué pedirían “mejor” música? Porque
notaría que la música que se le está vendiendo es muy repetitiva,
trillada y banal para que se justifique tanta de nuestra atención, y
mucho menos nuestro dinero en compras de discos o entradas a
conciertos.
Una de las razones por las que
el jazz, en particular desde el bebop hasta el presente no ha tenido
una gran audiencia es debido al nivel de reflexión que se requiere para
entender la esencia de la música. Hoy en día la persona promedio no
quiere pensar sobre música, solo quiere disfrutarla, y normalmente
se conformará con oír lo mismo día tras día; siente que la vida
es demasiado difícil para encima tener que reflexionar sobre la
música que escucha. Eso explica la distancia entre el interprete y
la audiencia en el mundo actual. Aunque no pretendo implicar que
escuchar música no sea agradable intelectualmente.
Este sería un excelente
momento para leer“Listening to Jazz” de Jerry Coker, publicado
por Prentice-Hall. Un gran libro sobre como escuchar jazz y es
accesible para no músicos.
Para hacer entrenamiento
auditivo, VOL 21 “Gettin’ It Together” de la serie de
grabaciones de práctica de Aebersold te dará muchas herramientas.
Sugiero empezar con la primera
pista y cantar la tónica. Después de cantar la tónica, canta los
primeros cinco tonos de la escala; luego intenta cantar la triada,
1a, 2a y 3a de la escala.
Probablemente para cuando puedas hacerlo ya podrás cantar toda la
escala. Recuerda cantar también los acordes de 7a y 9a,
y hacerlo también en tu instrumento. Además, no olvides cantar
tonos individualmente, como la 5a, la 9a, o la
3a, etc.
Intenta empezar a la mitad de
cualquier pista (empieza con una mayor) y ve cuanto te toma encontrar
la tónica. Puede convenir sentarse en un piano cuando haces esto,
así te aseguras de hacerlo bien. Después de encontrar la tónica
¿puedes cantar toda la escala o incluso improvisar?
Cuando cantes ten en cuenta
que cada tono en la escala o acorde tiene asignado un número,
piénsalos en términos de esos números siempre que puedas.
Escúchalo en tu auto, canta
ejercicios, patrones e improvisa, y mientras lo haces procura ser
consciente del tono en que estás cantando. Puedes llegar a querer
un diapasón y tenerlo en el auto para identificar la tónica, la 3a,
5a, etc. P.D. ¡Pon los ojos en la carretera!
Ser capaz de distinguir y
cantar intervalos es un ingrediente clave del entrenamiento auditivo.
Experimenta cantando, o tocando en tu instrumento, los sonidos del
canal izquierdo de la grabación; escuchando concienzudamente el
bajo.
He encontrado útil memorizar
nombres de canciones que empiezan con cierto intervalo. Por ejemplo,
el intervalo de una 4a ascendente perfecta son las dos
primeras notas de “Here Comes The Bride”. Al cantar esas dos
primeras notas y entender que describen un intervalo ascendente de 4a
perfecta puedes aprender a reconocer este intervalo de 4a
siempre que suene, o puede ayudarte a cantar o interpretar en
tu instrumento este intervalo bien afinado.
Antes de despedirse, el Oído Autodidacta les recuerda que esta información es tomada de “Jazz Handbook” de Jamey Aebersold de distribución gratuita.