viernes, 12 de enero de 2018

ENTRENAMIENTO AUDITIVO


Cuando una persona intenta desarrollar su capacidad para identificar los sonidos a su alrededor, se enfrenta con otras dificultades no siempre relacionadas con la lectura de la música o los símbolos de los acordes.

Se entiende por “buen oído” la habilidad de oír y distinguir la tónica de los diferentes acordes o escalas que se están interpretando, la habilidad para distinguir la cualidad del acorde, si es mayor o menor (¿que tipo de acorde menor?), pentatónico, disminuido, etc. También es la habilidad de reconocer el tono que suena en un punto dado en el solo.. “¡ah, ese es el 4o tono, resuelve a la 6a y resuelve a la 5a!”. Y quiere decir que puedes oír el piano, el bajo, el solista, la batería, etc. individual o colectivamente.

He notado que hay diferentes niveles de escucha. Algunas personas oyen y otras ¡oyen de verdad! Y otras personas parecen poder oír y distinguir casi todo lo que se está interpretando, pueden cantar o interpretar, partes de solos que acaban de escuchar. ¿Cómo OYEN, y por qué nosotros no logramos identificar la tónica, la escala, su cualidad, o en cual es la marca del compás?

Estoy firmemente convencido de que si todos los estudiantes, desde pre-escolar hasta el último año de colegio, fueran expuestos a ejercicios simples de entrenamiento auditivo donde tuvieran la oportunidad de identificar lo que ellos oyen en radio, televisión, discos, jazz, opera, orquesta, coros, bandas, etc., ¡nuestra escena musical en general sería muy diferente! En mi opinión, si en la escuela se hicieran ejercicios de entrenamiento auditivo, combinado con algo de teoría musical, el público demandaría música de mayor calibre que la que se consume en la actualidad. ¿Por qué pedirían “mejor” música? Porque notaría que la música que se le está vendiendo es muy repetitiva, trillada y banal para que se justifique tanta de nuestra atención, y mucho menos nuestro dinero en compras de discos o entradas a conciertos.

Una de las razones por las que el jazz, en particular desde el bebop hasta el presente no ha tenido una gran audiencia es debido al nivel de reflexión que se requiere para entender la esencia de la música. Hoy en día la persona promedio no quiere pensar sobre música, solo quiere disfrutarla, y normalmente se conformará con oír lo mismo día tras día; siente que la vida es demasiado difícil para encima tener que reflexionar sobre la música que escucha. Eso explica la distancia entre el interprete y la audiencia en el mundo actual. Aunque no pretendo implicar que escuchar música no sea agradable intelectualmente.

Este sería un excelente momento para leer“Listening to Jazz” de Jerry Coker, publicado por Prentice-Hall. Un gran libro sobre como escuchar jazz y es accesible para no músicos.

Para hacer entrenamiento auditivo, VOL 21 “Gettin’ It Together” de la serie de grabaciones de práctica de Aebersold te dará muchas herramientas.

Sugiero empezar con la primera pista y cantar la tónica. Después de cantar la tónica, canta los primeros cinco tonos de la escala; luego intenta cantar la triada, 1a, 2a y 3a de la escala. Probablemente para cuando puedas hacerlo ya podrás cantar toda la escala. Recuerda cantar también los acordes de 7a y 9a, y hacerlo también en tu instrumento. Además, no olvides cantar tonos individualmente, como la 5a, la 9a, o la 3a, etc.

Intenta empezar a la mitad de cualquier pista (empieza con una mayor) y ve cuanto te toma encontrar la tónica. Puede convenir sentarse en un piano cuando haces esto, así te aseguras de hacerlo bien. Después de encontrar la tónica ¿puedes cantar toda la escala o incluso improvisar?

Cuando cantes ten en cuenta que cada tono en la escala o acorde tiene asignado un número, piénsalos en términos de esos números siempre que puedas.

Escúchalo en tu auto, canta ejercicios, patrones e improvisa, y mientras lo haces procura ser consciente del tono en que estás cantando. Puedes llegar a querer un diapasón y tenerlo en el auto para identificar la tónica, la 3a, 5a, etc. P.D. ¡Pon los ojos en la carretera!

Ser capaz de distinguir y cantar intervalos es un ingrediente clave del entrenamiento auditivo. Experimenta cantando, o tocando en tu instrumento, los sonidos del canal izquierdo de la grabación; escuchando concienzudamente el bajo.

He encontrado útil memorizar nombres de canciones que empiezan con cierto intervalo. Por ejemplo, el intervalo de una 4a ascendente perfecta son las dos primeras notas de “Here Comes The Bride”. Al cantar esas dos primeras notas y entender que describen un intervalo ascendente de 4a perfecta puedes aprender a reconocer este intervalo de 4a siempre que suene, o puede ayudarte a cantar o interpretar en tu instrumento este intervalo bien afinado.


Antes de despedirse, el Oído Autodidacta les recuerda que esta información es tomada de “Jazz Handbook” de Jamey Aebersold de distribución gratuita.

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